Día 12

Los discípulos se niegan a sí mismos.

Ambas escrituras de los pasajes de hoy usan el hebreo: ἀπαρνέομαι (aparneomai). Significa negar: negarse a dar ó conceder (algo solicitado o deseado), repudiar, abstenerse (refrenarse de hacer o disfrutar de algo). 

La mayoría de nosotros negamos el espíritu y damos la bienvenida a la carne. El ayuno es la negación de la carne que alimenta tu espíritu. Es decir no a las cosas carnales, pervertidas, mundanas y decir “sí” a Dios.

¿Hay algún “sí” que le estás ocultando? ¿Tienes un corazón de piedra? El ayuno es tan poderoso porque simultáneamente niega la carne y alimenta el espíritu. Por eso es sobrenatural.

En la lectura de hoy, vemos que Pedro negó a Dios, pero Dios nos dijo que nos neguemos a nosotros mismos. Pregúntate hoy: ¿de qué estás negando a Dios? ¿Hay algo fuera de los límites para Él? ¿Hay algo a lo que se suponía que debías ayunar y te olvidaste de dar tu "sí"? ¿Hay algo de lo que Él ha estado esperando para hablar contigo? Quédate a solas con Él hoy, haz estas preguntas y espera Su respuesta. Negar a Jesús es desobediencia pero negar nuestra carne nos alinea con Jesús.

Oración:

Espíritu Santo, te invito a escudriñar mi corazón y mostrarme cualquier cosa que te ofenda. Guíame por el camino de la vida eterna. Me arrepiento si alguna vez te he negado a la gente o me he avergonzado de ser tu seguidor, incluso en las formas más pequeñas.

Me arrepiento si he negado mi “sí” a ti o si me he demorado en obedecer. Nada está prohibido para ti. Tú tienes mi atención. Habla Señor, Tu siervo escucha.

 Sagrada Escritura:

Mateo 16:24 NVI
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.

Mateo 26:34 – RVR60
Jesús le dijo: De cierto te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

Salmo 139:23-24
Señala cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna.

 

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